10/6/07

O Barazal

Existe una tendencia en los turistas que van a Galicia en pensar que el marisco es extraordinariamente barato una vez se pasan los túneles de Padornelo y La Canda. Algo así como si crecieran las cigalas y los bogavantes en los árboles y los percebes nacieran como nabos. Y todo ello, tirado de precio, claro. Por desgracia, no es así y puedo contar con los dedos de una mano los sitios donde merece la pena acercarse a tomar una mariscada, que además es una preparación básica que se basa en saber encontrar un buen producto.

Pero pasado Orense por la N-541, en el Ribeiro, en mitad de ningún sitio hay un bar con los rótulos luminosos fundidos. He pasado decenas de veces por delante y nunca me había fijado, no es que no llame la atención, es que echa para atrás. Se llama O Barazal. Sorprende nada más entrar encontrarse este armario lleno de mariscos. Como soy suspicaz pienso de inmediato que este marisco debe llevar allí desde que Mazinger Z acabó con su primero robot, pero no deja de llamarme la atención el respetable tamaño de las cigalas y los camarones. También luce un mastodóntico rodaballo, yo diría que en el entorno de los 4-5 kilos, que además ¡parece fresco! Mmmmmm.

Entramos en el comedor y de repente, parece que hemos cruzado algún tipo de barrera espacio-temporal, porque nos encontramos con un comedor coqueto y bien decorado, xeitosiño que dirían por Galicia, que no se corresponde en absoluto al envoltorio. Copas Spiegelau para el vino y el agua, vajilla de Sargadelos, cerveza muy fría servida en copa Schott-Wiesel y uno de esos carritos de licores que tanto me gustan a mí –y los de postres y quesos ni os cuento-. Pan con trigo del país rico y con sabor.

Pedí el albariño de la casa y me trajeron este Valtea del 2006, absolutamente mediocre y del que no merece la pena comentar nada excepto que existe y hay que evitarlo como la peste. De entradas unos percebes y una empanada de rape (la primera vez en la vida que la como). Muy bien los percebes, profundo sabor a yodo, explosión en la boca con un acendrado sabor a algas llenándote la boca, qué rico está este bicho, el tamaño era mediano a 95 euros/kilo, precio de mercado en Madrid (y producto de primera calidad). La ración aparece recién cocida con la correspondiente servilleta cubriéndola, se trata de un ritual que sigue pareciéndome mágico, levantar el paño, oler el humeante percebe, esperar que se temple, tomar la primera pieza y mojarla con albariño muy frío. La empanada correcta pero no emocionante, bien rellena pero ligeramente seca, últimamente me estoy encontrando con empanadas con poca cebolla y mucho relleno, cuestión inusual porque lo normal es escatimar producto.

Y mientras seguimos con nuestros entrantes cerrando los ojos a cada bocado de percebes, vemos pasar bandeja tras bandeja de cigalas y camarones. Cada bandeja de cigalas aumenta en dos puntos el odio hacia mis vecinos porque lo cierto es que las había desechado al no estar seguro de su calidad. Por las exclamaciones de los vecinos de mesa –ni que decir tiene que gente de la zona- debían estar bien buenas al igual que los camarones. También mucha nécora, pero como no es un marisco que me mate, dedico mi mejor mirada de indiferencia a estas bandejas.

Impresionantes raciones de rodaballo por cantidad y tamaño del pescado, una a la plancha y otra a la gallega, 17 euros cada una. A ambas les sobraba tiempo de exposición, a la cocida un par de minutos y a la pasada por la plancha más tiempo. No es sitio en general Galicia donde haya de pedirse pescado a la plancha porque tienden a carbonizar el género, pero había que probar porque este era mi finde de la suerte. Ambas raciones presentadas con buenas patatas de la zona acompañando (recordemos la estupenda Kennebec), cuesta un potosí acabar con semejantes raciones. Se me viene a la cabeza que si este sitio estuviera en la periferia de Madrid habría ingentes peregrinaciones de seres humanos a su puerta.

Correctas cañitas de carballiño con crema de postre, sin alharacas, cumpliendo su papel redondeador como la graciano en los vinos. No son la estrella los postres. Al salir del restaurante miramos con asombro cómo ha menguado el marisco del expositor, prácticamente vacío; no, no era material de pega.

En resumen (ey, hoy no os quejaréis de mi concreción), si uno se pierde por las bodegas del ribeiro y le apetece zumbarse una mariscada king size, de calidad alta y a un precio muy honesto (76 euros lo dicho, con 200 gramos de percebe) no hay ninguna duda de que debe coger su GPS y acercarse al Barazal de los alrededores de Carballiño. Si encima llueve uno pensará que es difícil estar mejor en ningún otro sitio en ese momento.

Puntuación: 6,0
Emoción : 6,5

O Barazal
Calle Barandillas, Carballiño (o), 32510
Teléfono: 988288317
http://www.obarazal.es/

7 comentarios:

Anónimo dijo...

El tema de la abundancia de los rellenos y la escasez de el "refrito" de cebolla me lo argumentaron hace poco como una cuestión economica, si el relleno es barato, como lo puede ser un picadillo de magro adobado , compensa poner más que el tiempo que en la cocina, esto es igual a dinero, tardan en estofar la cebolla....es de los argumentos más tontos que he oido en mi vida.
Por cierto, tan concreto que te quedaste sin cigalas

Anónimo dijo...

Ligasalsas, ¿Cuanto tiempo hace falta que esten cociendo los percebes? ¿Y la merluza? gracias

Anónimo dijo...

Yo en general, y en Galicia también lo he podido confirmar, desconfío de los sitios que ofrecen "mariscadas". El marisco, a mi entender, con el precio por 100 gramos y a elegir los productos que más nos gusten.

Carlos dijo...

Pues como a Carlosml, Yerga, desconfío de los expositores con tartas y cigalas. Pero confirmo desde aquí que la cagué y que no pararé hasta redimirme y ponerme ciego de cigalas cual nuevo rico y limpiarme con las preceptivas toallitas limoneras. Hubiera acertado.

Carlosml, el marisco aquí venía a los 100 gramos/precio, no engañaban ni un poco.

Enzima, el percebe como está rico es crudo. Me explico, como los mariscos de concha, la única razón para cocinarlos es cambiarles la temperatura y darles una textura menos gomosa. A cambio los deshidratamos. Así pues los percebes máximo un minutito en agua salada hirviendo. Curiosamente conozco pocos cocineros que se hayan atrevido a hacer platos con percebes fuera de su tradicional hervido.

La merluza, con el agua batiendo ligeramente depende del tamaño y del punto que quieras, pero a partir de cinco minutos... corres riesgo, y en concreto con la merluza más que es un pescado que es pura textura. Prueba y error se llama la técnica.

Anónimo dijo...

Ligasalsas,

En la página web de O Barazal aparecen los tiempos de cocción recomendados de distintos mariscos. También algunas páginas de cofradías de pescadores ofrecen esos datos.

Anónimo dijo...

Con algo de retraso quería hacerte una pregunta que me ronda la cabeza: Como es que no pediste un ribeiro ya que estabas en su zona?.
Ahora mismo hay unos ribeiros extraordinarios, muchos de ellos de "colleiteiros" pequeños y por tanto difíciles de encontrar lejos y se me vienen a la cabeza el Lagar do Merens, Viña de Martín,Sameirás, Casal de Arman, Coto de Gomariz etc.Unos vinos elegantes, no demasiado aromáticos y con una relación calidad-precio de las mejores.

Carlos dijo...

Neco, lo sé, pero en este restaurante, las opciones no eran muchas.

Me apunto tus sugerencias, me espera un verano gallego largo y caluroso.