Pocos restaurantes han sido tratados con más deferencia por los participantes del blog de Carlos Maribona
Salsa de Chiles que Chantarella. Deferencia que Álvaro y Enrique Díaz en la cocina y María José Monterrubio en la sala se merecen sin duda, por la calidad del producto que ofrecen.
Pero vamos al tema, que hay mucho que contar. Llegamos a eso de las nueve y cuarto al restaurante, los primeros y con hambre. Tras el preceptivo aperitivo que complementan con unas arbequinas maceradas, nos ofrecen el aceite del Marqués de Griñón y panes variados, de aceite y blanco elijo yo. Nada especial el pan, aunque se agradece el esfuerzo por ofrecer variedad.
La carta de vinos es extraña, lista los vinos con y sin añada, es corta en casi todos los sitios sitios y larga en algún otro. Elijo el más barato de la carta, El Regajal -18 euros-, sin añada en la carta, está crudo en la copa así que sospecho que es el del 2005. Que el vino tinto más barato esté a 18 euros da que pensar, la verdad. La botella llega caliente, a unos 19 o 20 grados y le pido al camarero que la meta en una cubitera, a lo que accede con amabilidad y sorpresa. Copas Schott-Wiesel más que correctas.
Nos invitan a un aperitivo de crema de bacalao y morcilla envuelta en calabacín, bastante rico, por encima de la media de lo que se ofrece habitualmente. Elegimos como primer plato unas chuletitas de conejo con alioli, vaya error para un ser humano hambriento como era yo. Las chuletitas son mínimas, tan mínimas que mientras me las como tengo que tirar de pan porque tengo hambre. El plato se factura a 18 euros y no discuto el precio, igual es conejo criado con caviar, pero me da igual, lo que quiero es comer y aquí el neto descartado el hueso no llega a los treinta gramos. Plato mal concebido porque es ponerte un aroma en la nariz.
Seguimos con sus famosos ravioli de pato con chantarella escabechada y caramelizada con miel -17 euros-. Este plato está buenísimo, mejor todavía la chantarella que los ravioli, pero ambos a un nivel alto, una delicia. Tienen a bien separárnoslo en dos platos y a fe que disfrutamos con el plato porque me mojé hasta la última gota.
Luego el premiado cochinillo con endivias a la plancha y chutney de piña -28 euros-, es un plato fantástico y abundante ahora sí. El amargor de la endivia contrasta con la dulzura del chutney y el cochinillo muestra sus dos caras, la crujiente y la tierna. Rico de verdad, tiene premios porque los merece. Ligero exceso de sal, pero eso le pasa a cualquiera.
El arroz negro con chipirones -19 euros- en su punto. Encandila la mezcla en una cucharada del arroz, el chipirón y el pedacito de la corona de alioli que rodea al arroz. Aquí no innovan, sólo lo hacen como debe hacerse que no es poco.
Pedimos una torrija con helado de chocolate y leche merengada -7 euros- para acabar. Buena idea el hacer una espuma de algo tan contundente como la leche merengada, flojito el helado de chocolate y correcto el brioche que hace la vez de torrija. Los postres no son lo mejor de la cocina de los hermanos Díaz como ya sabíamos de otras visitas.
El servicio es amable e inexperto, pero se basa en la experiencia y amabilidad de María José, probablemente una de las mejores jefas de sala de Madrid hoy en día. Platos facturados con severidad, cocina sólida y detalles de sofisticación sin llegar a volverte loco en un plato. En el top 15 de madrid hoy en día, le falta dar un paso adelante, un poco de determinación y de disciplina para meterse en el grupo de cabeza, en el que por cocina y jefa de sala podría estar.
Puntuación: 7
Emoción: 7
23/6/07
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9 comentarios:
En mi opinión es uno de los restaurantes más sobrevalorados de Madrid y no aguanta el Hype. Cuando Maria Josçe no está la sala se resiente y lo platos fluctúan entre grandes aciertos y tremendos errores. Además abusan del vacío.
Eso si, la papada está de muerte.
28 euros por un plato de cochinillo sí que me parece facturado con severidad, aunque sea abundante. Vaya precios que os manejáis por Madrid.
Al igual que nopisto, creo que Chantarella está sobrevalorado. La irregularidad está demasiado presente y acusa un cierto estado de dejadez o cutrerio (cartas sucias, presencia de los camareros, carro de licores...) que le alejan del top al que pretenden acceder.
Hay platos excelentes, pero otros no son de recibo.
Yo creo que es uno de esos sitios donde uno va con los platos en la cabeza, la papada, el cochinillo, la corvina o el arroz son estupendos.
La diferencia entre la calidad del servicio de sala y María José es ahora mismo estratosférico... y yo lo que más echo de menos es encontrarme más temporalidad en la carta.
Yo creo que los precios se han pasado un puntito y que en el caso de crisis lo pasarán regular. O sea, que tienen que mejorar para cobrar lo que cobran.
Dicho todo ésto, se come bastante bien con algunas irregularidades.
Parece ser que la crisis no la tenemos muy lejos y que los abusos de ahora algunos lo van a pagar caro.
No es de recibo que el vino más barato en la mayoría de los restaurantes esté a 18 euros (3.000 ptas) y una ración de cochinillo 48 euros (4.658 ptas).
Pongo ptas porque para mi mente sigue siendo la moneda nacional.
Dicen algunos cocineros-empresarios que los márgenes son muy bajos,pero no paran de abrir sucursales.
El Sr. Santamaría tiene razón al decir que se cocina para snobs,osea que él mismo se está riendo de su propio público incluído por desgracia yo mismo,aunque no volveré a pisar sus restaurantes, por supuesto.
Conde.
Pues probablemente es cierto Conde, pero es que todo el sector está así y subiendo precios cada año después del tremendo "viaje" que supuso el cambio precisamente de la peseta al euro.
Por ésto me refería a una potencial crisis. Aunque van a sufrir todos, son los restaurantes de gama media-alta los que van a tener más problemas y las restricciones de las tarjetas de crédito de empresas serán también un problema.
Como ejemplo de un sitio que he descartado por haberse pasado de vueltas el Rubaiyat, con el que mantuve una discusión con Bibendum en la que probablemente él tenía razón, ha subido sus precios aprox. un 10% y desde mi punto de vista, ha dejado de merecer la pena.
Coincido con las opiniones mayoritarias. Yo estuve hace unos meses y me decepcionó bastante; lo encontré aburrido y caro. No publiqué un post porque, vistos los comentarios tan elogiosos en Salsa de Chiles, pensé que había que darle una segunda oportunidad.
Es cierto que no hay fuegos artificiales, pero... ¿En cuántos sitios de Madrid los hay? Yo creo que se cuentan con los dedos de una mano y me sobra uno.
Vamos justitos en Madrid, es cierto.
A mí me encantó algún plato (ravioli, sobre todo), pero nada del resto me pareció excepcional, ni la comida, ni el servicio, ni el menaje, ni el ambiente....
Excesivos precios para esa calidad
De acuerdo con la impresión que es para snobs....
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